Temas de formación espiritual - B


16. LOS MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA


 
Un camino en amistad con nuestros guías y hermanos.

Dios en su infinita misericordia nos envía a su Hijo para darnos la posibilidad de la salvación. Cristo padeció, murió y resucitó por nosotros, con ello, nos obtuvo la redención. Con el fin de continuar su obra redentora, funda la Iglesia, que es la designada por Él como guardiana de los medios de salvación.

Escogió a los apóstoles para que gobernaran la Iglesia y les transmitió sus poderes. Les dijo: "Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Mt. 19,16.

Los poderes que Cristo le transmitió a los apóstoles son: 


Enseñar con autoridad la doctrina de Cristo. Por ello, siempre debemos estar atentos a lo que el Magisterio nos dice. La Iglesia nos va enseñando el camino a seguir para obtener la salvación.

Santificar por medio de los sacramentos. La Iglesia es la encargada de administrar los sacramentos, Ella es en sí misma, sacramento de salvación. Todos tenemos necesidad de la gracia para salvarnos, solos no podemos, por tanto, no podemos rechazar esta función de la Iglesia.

Gobernar mediante leyes que obligan en conciencia. Siempre debemos obedecer al Magisterio en cuestiones de fe. Por esta autoridad que le viene del mismo Jesucristo, la Iglesia puede y debe promulgar leyes que ayuden a los fieles en su camino hacia la Casa del Padre.

La Iglesia tiene un doble fin:

Un fin último que es la gloria de Dios
Un fin próximo, la salvación de los hombres. 


La Iglesia, como Madre y Maestra que es, para cumplir con su misión da normas para ayudar a los cristianos a cumplir y vivir mejor los mandatos de Dios. Entre estas leyes o normas se encuentran los Mandamientos de la Iglesia. Todas las personas que pertenecen a Ella están obligados a cumplir con ellos.

Los mandamientos de la Ley de Dios son inmutables, no pueden cambiar por estar basados en la naturaleza humana, obligan todas las personas, pues están inscritos en la conciencia.

El carácter obligatorio de las leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tienen como fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral.

Los mandamientos de la Iglesia son aquellos preceptos dados por la Iglesia para promover el acercamiento a los sacramentos y a la vida litúrgica de todos sus hijos y así ayudarles a participar activamente en la vida de la Iglesia, a cumplir sus deberes con Cristo y beneficiarse de los dones de salvación que Él nos entregó.

Los mandamientos generales son:

1. Oír Misa entera los domingos y fiestas de guardar. 



Todos tenemos la obligación de emplear parte de nuestro tiempo para consagrarlo a Dios y darle culto, esta es una ley inscrita en el corazón. Es ley natural darle culto a Dios, y la Misa es el acto fundamental del culto católico. De este modo la Iglesia concreta el tercer mandamiento de la Ley de Dios y el deber de los cristianos es cumplirlo, además de ser sobre todo un inmenso privilegio y honor.Este mandamiento exige a los fieles participar en la celebración eucarística, el día en que se conmemora la Resurrección de Cristo y en algunas fiestas litúrgicas importantes. 

El no cumplirlo es pecado grave para todos aquellos que tienen uso de razón y hayan cumplido los siete años. Para cumplir este precepto hay que hacerlo el día en que está mandado, no se puede suplir. Implica una presencia real, es decir, hay que estar
ahí y hay que escucharla completa. 

La Misa o sacrificio eucarístico del cuerpo y la sangre de Cristo, instituido por Él para perpetuar el sacrificio de la Cruz, es nuestro más digno esfuerzo que podemos hacer para acercarnos a Dios, y más útil para conseguir el aumento de la gracia.

2. Confesar los pecados graves cuando menos una vez al año, en peligro de muerte y si se ha de comulgar.


Hay que acudir a este sacramento – como todos los demás, signo sensible eficaz de la gracia, instituido por Cristo y confiado a la Iglesia - para asegurar la preparación para la Eucaristía mediante su recepción que continua la obra de conversión y perdón del Bautismo. No basta con acudir, sino que hay que cumplir con todos los requisitos que el sacramento impone. El asistir sin cumplir con los actos del penitente, se convierte en una confesión sacrílega. Esto no implica que la confesión frecuente no sea recomendable, sino todo lo contrario, para quienes quieren ir perfeccionando su vida, confesarse con frecuencia es uno de los mejores medios.

3. Comulgar por Pascua de Resurrección.

Este mandamiento garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo de Cristo. Siempre hay que comulgar en estado de gracia y cumplir con el ayuno eucarístico. Se debe de recibir la comunión dentro de la Misa, los enfermos incapacitados para asistir a Misa deben de recibir el viático.

4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Iglesia. 



Esto asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas y contribuyen a adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad de corazón. No implica que hacer penitencia durante todo el año no sea de provecho.

La abstinencia es una práctica penitencial por la que se le ofrece a Dios el sacrificio de no tomar carne u otro alimento, recordando así y uniéndose a los dolores de Cristo por nuestros pecados.

5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.



El mandamiento señala la obligación de cada uno según sus posibilidades a ayudar a la Iglesia en sus necesidades materiales, para poder continuar con su misión. Las necesidades de la Iglesia son muchas. 

La Iglesia fue querida por Nuestro Señor Jesucristo, su fundador. Ella vela por el bien de los fieles, su misión es ayudar a alcanzar la salvación. Como católicos debemos sentirnos parte de Ella, amándola y defendiéndola siempre. 



17. HISTORIA DE LA IGLESIA


División cronológica

Se acostumbra dividir en periodos:

  • Edad antigua: desde el año 33 en que murió Cristo hasta el 476 en que cayó el Imperio Romano de Occidente;
  • Edad Media: desde el 476 hasta 1517, en que comienza la reforma protestante;
  • Edad Moderna: desde 1517 hasta nuestros días.

Esta división cronológica es imperfecta y aplicable sólo a la Iglesia latina; la griega no conoció la invasión de los bárbaros y carece, por tanto, de la Edad Media. Sólo tendrían Edad Antigua y Edad Moderna, siendo el punto de división el año 1453 con la caída de Constantinopla en poder de los turcos.

Otra división cronológica, un poco más exacta y clara se divide en cinco períodos:

I) ANTIGÜEDAD CRISTIANA. (33-692): El cristianismo se extiende en el mundo grecorromano. Puede dividirse en dos subperíodos:
a) 33-313: fundación, propagación y persecuciones de la Iglesia, hasta el 313 con el edicto de Milán.
b) 313-692: se caracteriza fundamentalmente por la cristianización de los pueblos invasores, el desarrollo de la doctrina, y la irrupción del Islam que impone una grave limitación a la expansión de la Iglesia. En 692 se llevó a cabo el Concilio Trullano.

II) MEDIOEVO. (692-1303): Extensión de la Iglesia entre los pueblos germánicos y eslavos. Puede dividirse en dos subperíodos:

a) Alta Edad Media (692-1073): cuyos hechos más sabresalientes son la expansión de la fe más allá de lo que había sido el Imperio Romano, el influjo del feudalismo y el cisma griego de 1054.
b) Baja Edad Media (1073-1303): se extiende desde el inicio del pontificado de San Gregorio VII a la muerte del Papa Bonifacio VIII. En general se muestra el modo como el espíritu cristiano informa todo el que hacer de la sociedad: cultura, trabajo, política, etc.

III) EDAD NUEVA (1303-1648): edad de las reformas.
Puede dividirse:
a) Prerreforma (1303-1517): los hechos más sobresalientes son: el destierro de Aviñón; el cisma de Occidente; la interrupción del Renacimiento y la rebelión de Lutero en 1517.
b) La Reforma (1517-1648): está caracterizada fundamentalmente por la reforma protestante y las guerras de religión. Termina con la paz de Westfalia en 1648

IV) EPOCA MODERNA (1648-1914): período de descristianización. Se pueden distinguir dos subperíodos:
a) 1648-1789: años en que en términos generales puede señalarse como una época en que los nacionalismos y monarquías absolutas tratan de sojuzgar a la Iglesia. Este período terminaría en 1789 con la Revolución Francesa.
b) 1789-1914: durante estos años grandes masas, afectadas por el liberalismo, el marxismo, etc., se apartan de la Iglesia. Sobresale el Concilio Vaticano I y la condena al Modernismo por el Papa S. Pío X.

V) EPOCA CONTEMPORANEA (1914 -nuestros días): período de crisis espiritual y confusión. Llamada universal a la santidad.


I.  ANTIGUEDAD CRISTIANA

La predicación apostólica

El día de Pentecostés los Apóstoles recibieron el Espíritu Santo, y comenzaron a predicar en diversas lenguas. Ese mismo día, San Pedro predicó a muchos y se convirtieron cerca de tres mil oyentes. Unos días después, con ocasión de la curación del cojo de nacimiento (cfr. Hechos 3, 11), el mismo Apóstol habló de nuevo a la muchedumbre y a los creyentes se sumaron otros cinco mil.

Los Apóstoles movidos por el Espíritu Santo se dispersaron para evangelizar el mundo conocido. San Pedro se dirigió a Antioquía y de ahí pasó a Roma para establecerse definitivamente en esa ciudad en el año 44. El mundo se llenó de cristianos en poco tiempo. Pocos hombres, llenos de fe, hicieron de fermento en la gran masa del mundo.

El testimonio de Tertuliano escrito hacia el año 200 es elocuente: "Somos de ayer y hemos llenado todo lo vuestro: ciudades, islas, campamentos, el palacio imperial, el senado, elforo; sólo os hemos dejado los templos vacíos".

La fe se extendió en lo que actualmente es Italia, Grecia, España, Francia, el norte de Africa y Asia.

Los cristianos llevaban una vida que conmovía profundamente a los paganos. El mismo Tertuliano dice que los gentiles admirados exclamaban refiriéndose a los cristianos: "Mirad cómo se aman, y cómo están prontos a morir los unos por los otros".

Las persecuciones

El Estado Romano consideraba a los primeros cristianos como un peligro para su seguridad y como impíos ateos, por lo que les aplicó la pena capital,

Fue Nerón el primer emperador romano que persiguió a los cristianos. El motivo o quizá pretexto de la persecución fue el incendio de la ciudad de Roma (en la noche del 18 al 19 de julio de 64), en donde se culpó a los cristianos. La persecución dio como resultado una gran multitud de mártires; entre ellos se cuentan San Pedro y San Pablo.

De las persecuciones sobresalen las realizadas en tiempo de los siguientes emperadores: Domiciano (81-96);Trajano (98-117); Septimo Severo (193-211); Decio (249-251); Valeriano (253-260) y Diocleciano (284-305).

Los mártires

Mártir es una palabra griega que quiere decir testigo. A los mártires se les tributa una veneración especial por haber sellado con su propia sangre la fe de Cristo. Buen ejemplo para que sepamos hasta qué punto debemos estar dispuestos a defender nuestra fe.

El Edicto de Milán

A principio del año 313, Constantino y Licinio emperadores, firmaron el Edicto de Milán por el que se concedía libertad de culto a los cristianos y la restitución de los bienes de la Iglesia. El cristianismo se equiparaba a la religión pagana y compartía con ella sus privilegios y derechos.

Las herejías

No todos recibieron íntegramente las verdades de nuestra fe. Pronto, surgieron las primeras herejías que fueron un peligro mucho mayor para la Iglesia, aún más que las mismas persecuciones, pues el enemigo que está dentro es mucho más peligroso.

Las herejías, sin embargo, han ayudado a precisar la expresión de las verdades de nuestra fe, pues la Iglesia se ha visto en la necesidad de dar definiciones y puntualizar verdades que pacíficamente se venían creyendo.

Pueden distinguirse a grandes rasgos las siguientes herejías:

  • Judaizantes: pretendían que los cristianos debían observar la ley judía;
  • Trinitarias: negaban la trinidad de personas en Dios, afirmando que son tres nombres o modos de una misma persona. Hay que incluir aquí a los modalistas, monarquianos y patripasianos.
  • Arrio: no quiso reconocer la divinidad de Jesucristo incurriendo también en una herejia trinitaria.
  • Nestorio: negó la Maternidad divina de María por afirmar que en Cristo había dos personas.
  • elagio: atacó la necesidad de la gracia y el dogma del pecado original.

Padres de la Iglesia

Papel importante en la lucha contra las herejías jugaron los Padres de la Iglesia que son: a) escritores que sobresalen por la ortodoxia de su doctrina; b) santidad de vida; c) antigüedad, y d) aprobación de la Iglesia. Estos hombres explicaron la doctrina de la Iglesia de una manera sistemática e hicieron más inteligible la verdad revelada con el empleo de la razón natural.

Entre los Padres de la Iglesia griega destacan: San Atanasio (sobresale por su defensa contra el arrianismo); San Gregorio Nazianceno, San Basilio y San Juan Crisástomo (el "pico de oro" por su excelente manera de hablar de las verdades de nuestra fe).

Entre los Padres latinos sobresalen: San Ambrosio, San Agustín, San Jerónimo (la versión de la Sagrada Escritura elaborada por él es su obra por excelencia) y San Gregorio Magno.

II.  MEDIOEVO

Expansión de la Iglesia por Europa

Un hecho sobresaliente de esta época es la conversión de los pueblos germánicos al cristianismo y su incorporación a la Iglesia Católica, tarea que duró varios siglos. La Iglesia dio a los pueblos germánicos no sólo los bienes sobrenaturales de la salvación eterna, sino también los medios culturales que les llevó a un progreso humano que ni ellos mismos sospechaban.

En esta época hay que situar la conversión al catolicismo de los Frisios, los Sajones, los Bávaros, los Alemanes, los Turingios, los Eslavos y los Normandos.

El Cisma de Oriente

Este cisma, conocido también como cisma griego, separó al Oriente (Balcanes, Asia y Rusia) del Occidente, abriendo un abismo tan profundo entre las dos comunidades que no ha vuelto a cerrarse sino pasajeramente y sin resultado permanente.

El Cisma se fue gestando. Se inició en el siglo IX y se consumó en el siglo XI (1054).

 












En el año 847, San Ignacio, patriarca de Constantinopla negó públicamente la comunión a César Bardas, que regía el Imperio, por razones de moralidad pública. César destituyó a Ignacio y nombró patriarca a Focio hasta entonces primer ministro. Focio recibió en una semana todas las órdenes hasta la consagración episcopal, con la particularidad de que se las concedió el obispo de Siracusa que había sido excomulgado por Ignacio.

El Papa Nicolás I, por el sínodo de Roma de 863, depuso de sus sedes a Focio y a sus partidarios. Focio pasó al ataque: acusó a los latinos de que usaban pan ácimo (sin levadura) para la consagración, como los judíos; que usaban el Filioque en el Credo; que habían impuesto el celibato a los clérigos y reunió un sínodo en 867 en el que depusieron al Papa por "herético y devastador de la viña del Señor".

Los sucesores de Focio en su sede mantuvieron una fría reserva ante Roma. Miguel Cerulario en 1054 consumó el cisma, haciendo prácticamente las mismas acusaciones hechas por Focio. El Papa San León IX interviene recordando su primacía y enviando tres legados a Constantinopla para que resolvieran todas las dificultades con el patriarca y el emperador. Por no llegar a un acuerdo los legados depositaron sobre el altar de Santa Sofía la sentencia de deposición y excomunión contra Miguel Cerulario (1054).

Días más tarde Miguel Cerulario reúne en Constantinopla un sínodo de obispos orientales, que pronunció a su vez, la excomunión contra el Papa. Esta vez la separación fue definitiva. El ejemplo de Constantinopla fue seguido por otros orientales: servios, búlgaros, rusos y romanos se unieron al cisma y se erigieron, para su desgracia, en iglesias autocéfalas.


La Escolástica

Se llama escolástica a la filosofía de la segunda parte de la Edad Medía que, siguiendo un método especial, y tomando generalmente como gula a Aristóteles, se enseñaba en las escuelas episcopales y palatinas (de ahí su nombre, de "schola"). Sus seguidores eran denominados escolásticos; de estas escuelas pasó a las universidades.

La escolástica se caracteriza por un sistema peculiar de exponer la fe y se propone hacer ver cómo entre la razón y la fe, la filosofía y la teología, hay una íntima unión; la filosofía ha de ponerse al servicio ("anci11a", como esclava) de la teología.

El gran esplendor de la escolástica se alcanzó en el siglo XIII, con maestros insignes como San Alberto Magno, San Buenaventura, Alejandro de Hales, Duns Scoto y Santo Tomás de Aquino, sin duda la lumbrera mayor.

Santo Tomás de Aquino por la santidad de vida, la profundidad de su saber y la, precisión de su lenguaje sabe recoger toda la tradición cristiana anterior y elaborar una doctrina sistemática. Sus obras más conocidas son la Suma Teológica y la Suma contra gentiles. La Iglesia ha recomendado innumerables veces la filosofía y la teología de Santo Tomás, desde poco después de su muerte hasta nuestros días, calificándola como la doctrina más segura a seguir.


III.  EDAD NUEVA

El Cisma de Occidente

Por diversas circunstancias políticas, los Papas residieron en Aviñón (Francia) durante setenta años (1306-1377). Atendiendo a los ruegos de Santa Catalina de Siena, Gregorio X11 regresó a Roma. Sin embargo, a su muerte en 1378, la Cristiandad se dividió en dos bandos de marcada influencia política. La división duró cuarenta años con un Papa en Roma y otro en Aviñón.


Expansión de la Iglesia en América y Asia

Desde finales del siglo XV con el descubrimiento de América en 1492, el continente americano se abrió para la cristiandad, gracias a la actividad misionera desarrollada por españoles y portugueses. Las Filipinas fueron también evangelizadas lo mismo que la India, China y Japón, pero en estos dos últimos países hubo fuertes persecuciones.

La llamada reforma protestante

Fue forjada principalmente por Martín Lutero y Calvino. Lutero con una vida azarosa, siendo religioso, sacó la falsa conclusión de que la ley de Dios era impracticable y apoyándose en el texto de San Pablo (cfr. Rom. 1, 16-17) afirmó que el hombre se justifica por la sola fe, por la confianza en que seremos salvados, sin necesidad de nuestras buenas obras. Rechazó la Tradición cristiana reduciendo toda la Revelación a la Sagrada Escritura que puede ser interpretada, dice, por cualquiera y no por el Magisterio de la Iglesia. Dice que la Iglesia Romana no es ya la Iglesia de Cristo, se rebela contra el Papa y divide la Iglesia pretendiendo reformarla.

El Cisma de Inglaterra

El rey Enrique VIII (1509-1547) introdujo la falsa reforma y consumó el cisma inglés. Había sido un buen católico e incluso recibido el título de defensor de la fe por un escrito contra Lutero, sin embargo, cuando el Papa Clemente VII se negó en 1527 a declarar la nulidad de su matrimonio con Catalina de Aragón (hija de los Reyes Católicos de España), éste se unió con Ana Bolena e hizo que "el acto de supremacía" fuera votado por el Parlamento por el que se declaraba al rey cabeza de la Iglesia en Inglaterra, consumando así el cisma.

IV.  EPOCA MODERNA

El Concilio Vaticano I

Fue convocado por el Papa Pío IX, y se celebró en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, por lo que se denominó Concilio Vaticano I (1869-1870). En este Concilio fue definido el dogma de la infalibilidad del Papa: por la especial asistencia del Espíritu Santo, el Vicario de Cristo y sucesor de San Pedro, no puede errar si ejerce su magisterio ex cathedra en lo referente a la fe y a las costumbres.

El Papa Pío IX definió también el dogma de la Inmaculada Concepción (1854).


El Modernismo

El modernismo es una corriente de pensamiento que contiene muchos errores. Los modernistas intentan explicar la religión, sus dogmas y su moral por un sentido o sentimiento religioso que hay en el hombre. El modernismo es el intento de acomodar la fe a las filosofías "modernas" de tipo inmanentista. Los errores modernistas siguen una línea agnóstica, inmanentista y un evolucionismo radical.

El Papa San Pío X, condenó el modernismo repetidas veces, pero de modo especial en la encíclica Pascendi de 1907 verdaderamente providencial por adelantarse y desenmascarar con detalles los errores modernistas, atajándolos con prudentes medidas disciplinares.

V.  EPOCA CONTEMPORANEA

El Concilio Vaticano II

Fue convocado por el Papa Juan XXIII en 1962 y clausurado por Pablo VI en 1965. Se propuso actualizar la vida de la Iglesia sin definir ningún dogma. Trató de la Iglesia, la Revelación, la Liturgia, la libertad religiosa, etc. Recordó el Concilio la llamada universal a la santidad.

Llamada universal a la santidad

El Concilio Vaticano II recordó la universal vocación a la santidad de todos en la Iglesia, esto es, que los fieles deben aspirar a vivir la santidad que consiste en la plenitud de vida cristiana y la perfección de la caridad (cfr. Conc. Vaticano II, Const.Lumen Gentium, cap. V).


Juan Pablo II

El 16 de octubre de 1979 es elegido Papa Juan Pablo II. A la fecha son muchas acciones en servicio a la Iglesia que sobresalen. Sus infatigables viajes iniciados con el de México (1979), han removido hondamente al mundo entero.

En 1985 convocó un Sínodo Extraordinario de los Obispos para reflexionar sobre el Concilio Vaticano II, y urgir a los fieles en su conocimiento y aplicación. Sobresale, sin lugar a dudas, su preocupación por desenmascarar una corriente de pensamiento que se denomina Teología de la liberación.

Año Mariano

El Papa Juan Pablo II proclamó un Año Mariano del 7-VI-87 al 15-VIII-88.

"Precisamente el vínculo especial de la humanidad con esta Madre me ha movido a proclamar en la Iglesia, en el período que precede a la conclusión del segundo Milenio del Nacimiento de Cristo, un año Mariano" (Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater, 25-111-87).

Sínodo sobre los laicos

En el mes de Octubre de 1987 se desarrolló en Roma un Sínodo convocado por el Papa Juan Pablo II, con el titulo: "La misión de los laicos en la Iglesia y en el Mundo".

Es verdaderamente importante, para el desarrollo que dará a la Iglesia, y contribuye a despertar en la conciencia de los cristianos la convicción de que todos están llamados a la santidad y a participar -cada uno a su modo, según la vocación recibida- en la misión apostólica que Jesucristo confió a la Iglesia entera.

Con fecha 30 de diciembre de 1988, se publicó la Exhortación Apostólica, Post-Sinodal, Christi fidelesLaici, de su Santidad Juan Pablo II, sobre la Vocación y Misión de los Laicos en la Iglesia y en el Mundo. Documento que vale la pena leer, pues es "particularmente importante que todos los cristianos sean conscientes de la extraordinaria dignidad que les ha sido otorgada mediante el santo Bautismo" n. 64 del Documento.

El Cisma de Lefébvre

El 30 de junio de 1988 el Arzobispo Marcel Lefébvre consumó el último Cisma que ha desgarrado la unidad de la Iglesia Católica, al consagrar Obispos sin mandato apostólico a cuatro de sus seguidores en la "Fraternidad Sacerdotal de San Pío X"




19. EL AMOR, REALIDAD QUE DA SENTIDO A LA VIDA


  • ¿Se puede decir que Dios creó al hombre para el amor?Sí. Dios creó al hombre por amor y para el amor. El amor por tanto es la vocación fundamental y original de todo hombre.
  • ¿El amor radica sólo en el cuerpo?No. El amor humano también abarca al alma, porque el hombre está llamado al amor en su totalidad: en el cuerpo y en el alma.
  • ¿Cómo puede el hombre realizar su vocación al amor?El hombre puede realizar su vocación al amor fundamentalmente de dos modos: por el matrimonio y por la virginidad o el celibato asumido por amor a Dios y servicio a los demás.
  • ¿Cuál de los dos modos es más perfecto?Cada hombre debe seguir su propia vocación y esa será la mejor para él. Pero,. la virginidad o el celibato por amor a Dios y servicio a los demás, es más elevado porque está dirigido directa y exclusivamente a Dios.
  • ¿Qué es lo esencial en el amor humano?El amor humano es una donación exclusiva y permanente de los esposos, con los actos propios y exclusivos de ellos. Ese amor también alcanza al núcleo íntimo, espiritual de la persona, y no constituye simplemente una manifestación biológica como sería el caso de los animales.
  • La donación total del hombre y la mujer ¿sólo es auténtica en el matrimonio?La donación total de un hombre y una mujer sólo es verdadero amor humano en el matrimonio. Allí se dan las condiciones de estabilidad necesarias para la procreación y educación de los hijos y para el crecimiento y despliegue del amor de los esposos.
  • ¿El amor humano es exclusivo del matrimonio?La plenitud del amor humano es el amor conyugal, que sólo se puede realizar en la unión estable y permanente del hombre y la mujer. Pero caben otras formas de amor humano, como la fraternidad, la amistad, la ayuda- solidaria hacia los necesitados, etc.
  • ¿Puede darse el amor auténtico, entre un hombre y tina mujer, fuera del matrimonio?Cuando hablamos de "amor auténtico" entre un hombre y una mujer, nos referimos sólo a aquel amor que se da de manera exclusiva, fiel, fecunda y para siempre en el matrimonio, Fuera del matrimonio sólo hay falsificaciones del verdadero amor, porque al carecer de sus elementos esenciales -que son la estabilidad, el verdadero compromiso y la fecundidad- el amor deja de ser total y por tanto falso.
  • ¿No limita la libertad de los esposos excluir otros posibles amores extramatrimoniales?No, porque la verdadera libertad consiste en cumplir la voluntad de Dios y elegir el bien: elegir la fidelidad a la palabra dada y a los compromisos adquiridos ante Dios y ante el otro cónyuge. La exclusividad del amor entre un hombre y una mujer defiende a los hombres de los peligros del subjetivismo y del relativismo respecto a un asunto tan importante como es la familia y el matrimonio.

20. LA VOCACIÓNDEL HOMBRE LLAMADO AL AMOR Y AL SERVICIO



¿Qué es la Vocación?

La vocación significa "llamada". Es un diálogo de amor entre dos personas, Dios quien es el que llama y el hombre quien es el llamado, éstos son los términos de una vocación personal: El autor de la llamada y el sujeto llamado. No podría existir ningún llamado de no existir alguien que llama.


Cuando nace un hombre entra en el mundo una potencial riqueza. Dios es fiel y justo. Llama a todos a vivir su especial vocación; a cada uno asigna un papel en la historia de salvación del mundo y asigna los medios necesarios para realizarlo. Pero su poder gobierna el mundo según la ley de la variedad. No se repite jamás. Dios enriquece a cada uno de los llamados con precisa, exclusiva, absoluta y nueva identidad, trazando en cada caso un camino único e irrepetible.

El amor de Dios llama, elige, forma, consagra, envía. En estas palabras se inscribe el camino de la vocación del hombre.

Cualquiera que ella sea. Llama con misteriosa solicitud, elige con criterio incensurable, forma con intervención directa, consagra por medio del Espíritu Santo, envía a anunciar el Evangelio.

Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Cada ser humano es único e irrepetible. Cada persona ha sido creada para dar un aporte a la historia y es tarea de cada persona descubrir qué es lo que Dios ha puesto en ella para darlo a los demás.

Todos los hombres estamos llamados a la SANTIDAD... "Sean perfectos como el Padre es perfecto..." La vocación a la santidad no es un monopolio exclusivo de los sacerdotes o religiosos sino de todos los cristianos.

La vocación es un don de Dios, una llamada en nuestra vida, pero también es una tarea que debemos realizar. Si queremos ser fieles a la voluntad del Señor.

Lo esencial de una vocación cristiana está en el seguimiento de Jesús, la diferencia está en la radicalidad del seguimiento. Lo importante está en la respuesta que damos a la invitación que Él nos hace. Podemos decir "SÍ" o rechazarle. Para seguir a Jesús tenemos antes que encontrarnos con Él. Encontrarlo como persona viva, Él que con su vida nos invita a seguirle. Siguiendo a Cristo nos convertiremos en signos de la presencia de Dios.

Vocación del laico

Santificando los vínculos humanos y, en primer lugar, los familiares donde tienen origen las relaciones sociales; sometiéndose a las leyes de su patria. Trabajando como pastor y agricultor, como albañil, herrero y carpintero, pero siempre por amor al Padre y a sus hermanos, Jesús es la realización perfecta de la vocación del LAICO cristiano: Dios llama a éste a participar en la obra de la creación, a liberarla del influjo del pecado ordenando las realidades cotidianas según su plan eterno; a santificarse contribuyendo a la salvación del mundo desde adentro, a modo de sal y levadura, en el matrimonio o en el celibato, en la familia, la profesión y en las diversas actividades sociales.

Vocación al Matrimonio

Es, fundamentalmente, descubrir y desarrollar mi persona, la persona de mi pareja y nuestra relación de mutua pertenencia. A través de nuestra llamada recíproca de ser el uno del otro, Dios nos comunica el plan que tiene para nosotros. Lo vamos comprendiendo a medida que lo realizamos (y viceversa). Comprendemos que nuestro encuentro no fue fruto del acaso, sino de Su voluntad; que ninguno de los dos existió nunca sólo en su mente, puesto que nos hizo el uno para el otro. Sólo amándonos como Él nos ama podemos realizarnos a su imagen y llegar a ser uno como Él.

En esta comunión de amor que es siempre fecunda y dadora de vida (aunque no pudiéramos engendrar biológicamente) está nuestra vocación y nuestro destino: toda nuestra felicidad en el tiempo y en la eternidad. Realizar mi vocación al matrimonio, es "madurar" física y psicológicamente, social y espiritualmente; crecer constantemente primero como persona, y luego como pareja y familia.

Vocación Religiosa

Jesús es la realización plena de la vocación religiosa cuando deja su hogar y su profesión para consagrarse totalmente a la causa del Reino de Dios; cuando renuncia al matrimonio para vivir en comunidad con sus discípulos, una vida de total desprendimiento hecha don y servicio hasta el sacrificio supremo; cuando anuncia así, en pobreza, castidad y obediencia, el Amor infinito del Padre para destronar los ídolos y restaurar su soberanía en este mundo.


Esta vocación es la llamada a "dejarlo todo" para seguir a Cristo "a tiempo completo" en una comunidad de hermanos que muestre a todos, con el mismo testimonio de vida pobre, obediente y casta, que Su "Buena Noticia" es verdadera y Su proyecto realizable; que ya en este mundo podemos comenzar a ser familia de Dios, como Dios es familia, con su mismo amor.

Vocación Sacerdotal

La vocación sacerdotal es una llamada de Dios y no una iniciativa de los hombres, necesita de la respuesta permanente en un diálogo de aceptación, en un crecer constantemente, con las crisis y éxitos propios de todo crecer humano.

Jesucristo sigue llamando y enviando a algunos hombres para seguirle de una manera más radical y hacerles "pescadores de hombres" (Mt. 4,19). Continúa repitiendo a través de la Iglesia, "Como el Padre me envió, así los envío yo a vosotros"

El sacerdote es enviado por Jesucristo y no es elegido por el pueblo. Su sacerdocio es una misión y un servicio que le lleva a realizar la voluntad de quien le envía y no hacer su propia voluntad; es dar la vida por las ovejas, como el Buen Pastor, completando en su propio cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, ofreciéndose voluntariamente.

Como Cristo deberá decir "He aquí Padre que he venido para hacer tu voluntad" (Heb. 10,7).

El sacerdote es un enviado al servicio del reino de Dios y en colaboración con la Iglesia entera. Es colaborador del Obispo de quien su misión es imposible separar. La misión sacerdotal cumple la triple tarea de ser profeta, sacerdote y pastor. El ministerio sacerdotal es ministerio de la Palabra y de los Sacramentos y de conducción del pueblo cristiano. La Eucaristía es el eje y el centro de todo su ministerio.

El sacerdote, servidor de la fe y testigo del amor de Cristo entre los hombres, como lo expresa Juan Pablo II, está al servicio de las comunidades cristianas.

El profeta, el sacerdote y el pastor se encuentran encarnados en hombres concretos que deberán realizar esta triple misión en forma armoniosa y complementaria a todo el servicio de la Evangelización, la gran prioridad de la Iglesia. Evangelizar para el sacerdote, significa entregar la Palabra de Dios, la Eucaristía, el perdón de los pecados, en una línea pastoral que forma personas y comunidades al servicio del Pueblo de Dios. Vive su consagración de una forma exclusiva por medio del Celibato, el cual le garantiza tener un corazón indiviso, sólo para Dios. Se une a Él por medio de la oración continua, y se acoge a la Madre de Dios para que le ayude en la vivencia de su vocación.


Ser sacerdote no es una profesión que se realiza por horas o por turnos. Es una vocación recibida por Dios que exige la vida enteramente entregada al servicio sacerdotal.





21. LA VOCACION DEL HOMBRE, LLAMADO AL MATRIMONIO


El matrimonio tiene su origen en Dios, quien al crear al hombre lo hizo una persona que necesita abrirse a los demás, con una necesidad de comunicarse y que necesita de compañía. No está bien que el hombre esté solo, hagámosle una compañera semejante a él.(Gen. 2,18)

Dios creó al hombre a imagen de Dios, lo creó varón y mujer, y los bendijo diciéndoles: procread y multiplicaos y llenad la tierna . (Gen. 1, 27-28)

El matrimonio es una institución natural, lo exige la propia naturaleza humana. Por lo que es una institución que no puede ser cambiada en sus fines y en sus características, ya que el hacerlo iría contra la naturaleza del hombre.

El matrimonio no es por tanto, efecto de la casualidad o consecuencia de instintos naturales inconscientes. El matrimonio es una sabia institución del Creador para realizar su designio de amor en la humanidad. Por medio de él, los esposos se perfeccionan, y crecen mutuamente. Colaborando con Dios en la procreación de nuevas vidas.

Jesucristo explica a sus discípulos este origen divino del matrimonio: No habéis leído, como Él que creó al hombre al principio, lo hizo varón y mujer? Y dijo: por ello el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos serán una misma carne . (Mt. 19, 4-6)

El matrimonio es una llamada de Dios, es una vocación divina.

El matrimonio es una comunidad de amor, camino de salvación personal y del otro. Las parejas están llamadas al amor, entre más amen, más cerca estarán de Dios, pues Él es AMOR. Siempre hay que dar, buscar la felicidad del otro, no la propia.
Jesucristo eleva la institución natural del matrimonio a la dignidad de sacramento, debido a su importancia. No se conoce el momento preciso, pero conocemos como se refería a él en varias citas bíblicas.

El matrimonio no es un contrato, sino una alianza, es decir, es una acuerdo entre dos personas libres y conscientes. Unidad de hombre y mujer. Es para toda la vida, corriendo la misma suerte los dos. Con una vida en común, llamada a amarse.



Propiedades del matrimonio:
  • Unidad: Dios instituyó el matrimonio desde un principio, como una unión exclusiva de uno con uno. Es un amor fiel hasta la muerte. Por ello, no se permiten varias esposas o esposos.
  • Indisoluble: nada puede separar al hombre y a la mujer, sólo la muerte. Cuando por razones que no están en nuestras manos, hay una separación, hay que seguir viviendo como si se estuviese casado. El divorcio no se permite entre bautizados.
Fines del matrimonio:
  • El bien de los esposos: tiene que existir un verdadero amor de entrega, de donación. Hay que crecer en el amor y en la fidelidad.
  • Generación y educación de los hijos: Este amor debe de traer como consecuencia los hijos, pero no basta con tenerlos, también hay que educarlos.
Efectos del matrimonio:
  • El vínculo conyugal: es el que une a los esposos para toda la vida.
  • La gracia sacramental: que en este sacramento, es la santificación de los esposos y el fortalecimiento para cumplir con nuestros deberes de casados. Todas las dificultades se pueden vencer, si lo deseamos, acudiendo a la gracia de Dios. Para ello es necesario quitar nuestro egoísmo.
Signo
  • La materia es el sí , en cuanto a entrega al otro, manifestados con signos o palabras.
  • La forma: es el sí, en cuanto la aceptación del otro, manifestado con palabras.
Ministro y Sujeto
  • Ministros: los que se casan. El sacerdote es un testigo imprescindible e imparte la bendición.
  • Sujetos: el hombre y la mujer bautizados que cumplan los requisitos y que no tengan ningún impedimento. 
Requisitos para el matrimonio:
  • Estar bautizados el hombre y la mujer.
  • Estar capacitados para dar el consentimiento libremente.
  • Haber hecho la Confirmación
  • Tener la edad necesaria.
  • Presentar la fe de Bautismo actualizada ante el párroco y el acta de Confirmación.
  • Asistir a las pláticas de preparación.
  • No haber estado casado antes por la Iglesia.
  • No tener parentesco cercano.
  • Conocer y aceptar libremente los fines y propiedades del matrimonio.
  • Presentarse ante el párroco para que autorice la ceremonia.




22. LA VOCACIÓN A LA VIDA RELIGIOSA

  

Un buen video, donde se explica sobre el Sacramento del Orden Sacerdotal.






23. LOS SACRAMENTOS, SIGNOS SENSIBLES Y VISIBLES DEL AMOR DE DIOS AL HOMBRE



¿CÓMO NOS SALVA JESÚS? Y ¿CÓMO NOS COMUNICA LA VIDA?

Jesús nos salva comunicándonos su misma vida. El mismo dijo: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia". Esa vida por ser divina y totalmente gratuita la llamamos vida de gracia o vida sobrenatural. Cuando yo vivo en gracia la lámpara de mi alma está encendida, brilla en mí la luz de Cristo; cuando yo vivo en pecado mortal mi lámpara está apagada, vivo yo en tinieblas.

Esta vida sobrenatural se me comunica a través de los siete sacramentos.

El Papa nos enseña: "Cuando recibimos los sacramentos recibimos la vida de Jesús, vivimos la vida divina, nos asemejamos a Jesús. Es Cristo mismo, con su fuerza, mediante el Espíritu Santo que obra en nosotros esa semejanza."  

Juan Pablo II a los niños. 22/01/84.


LA IGLESIA NOS ENSEÑA

Adheridos a las doctrinas de las Santas Escrituras, a las tradiciones apostólicas y al sentimiento unánime de los Padres, profesamos que "los sacramentos de la Nueva Ley fueron todos instituidos por nuestro Señor Jesucristo" CIC n.1114 ss.

Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios, pero como signos, también tienen un fin pedagógico. No sólo suponen la fe, sino que a la vez la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y cosas; por esto se llaman sacramentos de la fe. Confieren ciertamente la gracia, pero también la celebración prepara perfectamente a los fieles para recibir con fruto la misma gracia, rendir el culto a Dios y practicar la caridad.

Por consiguiente, es de suma importancia que los fieles comprendan fácilmente los signos sacramentales y reciban con mayor frecuencia posible aquellos sacramentos que han sido instituidos para alimentar la vida cristiana. "Sacrosantum Concilium" # 59. Estudia CIC (Catecismo de la Iglesia) 1122 ss.

¿PORQUÉ 7 SACRAMENTOS?

Porque 7 son las etapas de la vida. Hay una gran semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas de la vida sobrenatural" Lee: Catecismo de la Iglesia Católica (CIC n. 1210).

1. En la vida natural hay que nacer.
En la vida sobrenatural hay que nacer del agua y del espíritu. Lee: Juan 3,5. Nuestra madre la Iglesia nos engendra por el Bautismo.
2. En la vida natural hay que crecer y dar fruto.
En la vida sobrenatural la Confirmación lleva a su desarrollo y hace fructificar esa vida recibida en el Bautismo. Lee: Juan 15,16.
3. Para vivir es necesario alimentarnos.
En la Eucaristía Cristo, el Pan de Vida, nos nutre con su cuerpo y su sangre. Lee: Lucas 22, 19.
4. En la vida natural enfermamos y necesitamos medicina para recuperar la salud.
En la vida sobrenatural Jesucristo, médico de las almas (Lee: Mateo 9,12), nos ofrece el sacramento de la Reconciliación
5. En la vida natural buscamos formar un hogar.
En la vida sobrenatural Cristo quiere que los esposos se amen como El ama a su Iglesia (Lee: Efesios 5,25): para eso instituyó el Matrimonio.
6. En la vida natural necesitamos de una autoridad que ordene la vida social.
En la vida sobrenatural el Reino de Cristo en este mundo exige una autoridad, unos pastores que apacienten las ovejas de Cristo, para ello Cristo instituyó el Sacerdocio.
7. La vida natural llega a su ocaso y morimos.
La Unción de los Enfermos nos conforma con la muerte y resurrección de Cristo: Lee: CIC n. 1523.


LOS SACRAMENTOS EN LA BIBLIA

SIETE PRUEBAS DE LA FE

Bautismo.
"Y acercándose Jesús les dijo: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id pues y enseñad a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Mateo 28,18-19.
Confirmación.
"Cuando los apóstoles oyeron cómo había recibido Samaria la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan, los cuales bajando, oraron sobre ellos para que recibiesen el Espíritu Santo, pues aún no había venido sobre ninguno de ellos; sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo". Hechos 8, 14-17.
Eucaristía.
"Tomando pan se los dio diciendo: ´Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros, haced esto en memoria mía.´ Así mismo el cáliz... diciendo: ´Este es el cáliz de la Nueva Alianza en mi sangre que es derramada por vosotros´ ". Lucas 22, 19-20.
Confesión.
"Diciendo esto sopló y les dijo: ´Recibid el Espíritu Santo, a quien perdonéis los pecados les serán perdonados, a quien se los retuviereis, les serán retenidos´ ". Juan 20, 22-23.
Unción de los enfermos.
"¿Alguno entre vosotros enferma? Haga llamar a los presbíteros de la Iglesia y oren sobre él, ungiéndole con el óleo en el nombre del Señor". Santiago 5,14.
Sacerdocio.
"Les constituyeron presbíteros en cada iglesia por la imposición de las manos, orando y ayunando y los encomendaron al Señor". Hechos 14, 23.
Matrimonio.
"En cuanto a los casados, el precepto no es mío sino del Señor, que la mujer no se separe del marido y de separarse, que no vuelva a casarse o se reconcilie con el marido y que el marido no repudie a su mujer". 1 Corintios 7, 10-11.





28 y 29. Biografia de San Martín de Porres



¿QUIEN ES SAN MARTIN DE PORRES? I 
  • (Introducción, infancia, juventud, barbero, donado, religioso, enfermero)

¿QUIEN ES SAN MARTIN DE PORRES? II. 
  • (Sus milagros, su muerte, su santidad, su legado, patronazgos)

PUEDES VER:

San Martín de Porres:

Biografia de San Martin de Porres

Beatificación y Canonización de San Martín de Porres

Celebraciones en Lima por la canonizacion de San Martín de Porres

6 de Mayo de 1962 - Canonización en la Basilica de San Pedro




30. Biografia de San Juan Macías


JUAN MACIAS, EL PASTOR EN ESPAÑA
  • (Introducción, infancia, el llamado de Dios de España a otras tierras)

JUAN MACIAS, EL RELIGIOSO EN EL PERÚ 
  • (Religioso, sus milagros, muerte y santidad) 

PUEDES VER

San Juan Macías:

San Juan Macías - El milagro del arroz y las reliquias de Juan Macías en Lima

Biografia de San Juan Macías




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